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Cambiando vidas a través de la información en Centroamérica

Acerca de nosotros

Historia de las bibliotecas comunitarias Riecken

Había una vez en 2000, Susan Riecken y Allen Andersson, empezaron a pensar sobre su jubilación pero decidieron intentar primero resolver alguno de las más inmediatas necesidades de las comunidades aisladas Centroamérica: alimentación, medicina, escuela, apoyar la agricultura, trabajo. Pronto se dieron cuenta de que la forma más fácil de brindar una solución de alto valor es ofrecer un ágil acceso a información.

Ellos crearon la Fundación Riecken, la cual a través de los años y con el arduo trabajo de muchos, han fortalecido una red de 65 bibliotecas en las comunidades rurales más pobres en Honduras y Guatemala. La experiencia nos ha enseñado que la clave para una biblioteca exitosa es la administración de una comunidad empoderada, por lo que así se ha desarrollado el modelo de la red de bibliotecas comunitarias Riecken. Hasta la fecha esto es esencial para la gestión sostenible, la financiación y el desarrollo del personal de cada biblioteca Riecken.

La asociación entre la comunidad, la municipalidad y la Fundación Riecken es lo que hace fuertes a nuestras bibliotecas comunitarias. Y aprovechando los recursos locales aumentan en gran medida el impacto de la financiación que los donantes hacen a través de la Fundación Riecken.

Hoy las bibliotecas comunitarias Riecken son más que lugares en los están disponibles libros e información. Son centros comunitarios que cambian vidas mediante el acceso a la información y sus diferentes programas dinámicos.

La Biblioteca de Nell y Raquel, Sulaco, Yoro, la primera Biblioteca Comunitaria Riecken.

¿Qué hace que una Biblioteca Riecken sea una Biblioteca?

Un mensaje del fundador

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Glifos que representan un cuentacuentos de la antigua ciudad de Copán

Los centroamericanos siempre han querido leer. Allá por el año 426, cuando la mayor parte de la población europea era analfabeta, los Mayas en la región de Copán en Honduras tallaron en piedra las obras de sus reyes y guerreros, donde las generaciones pueden aún leer las emocionantes historias de sus ancestros en los muros de sus templos.

En el siglo XX, las bibliotecas en Copán habían perdido aquel antiguo espirito de aventura. Con signos de advertencia “no toque los libros y guarde absoluto silencio” en la sección infantil, no era de extrañar que los lectores dejaran de visitar las bibliotecas, y los bibliotecarios desaparecieran también.

Sabíamos que podíamos hacerlo mejor. Después de que las primeras bibliotecas Riecken surgieran con estanterías abiertas, con una agitada sección infantil y la circulación libre de préstamo de libros, la noticia se dispersó como fuego sin control.

El pueblo de Dulce Nombre, no lejos de la ancestral ciudad piedra en Copán, esperó dos años después de solicitar una biblioteca Riecken. Finalmente la comunidad de “Dulce Nombre” fue la primera de nuestra lista para la nueva construcción. Cuando llegamos, los ancianos del pueblo nos mostraron los alrededores del pueblo, nos contaron acerca de los preparativos que habían hecho durante la espera – se involucraron representantes de todos los sectores de la comunidad, obtuvieron un terreno de uso exclusivo para la nueva biblioteca, un contrato con el alcalde para pagar los servicios públicos y el salario de un bibliotecario, y un equipo de trabajo con voluntarios, listos para fundir las bases de la construcción de la biblioteca, con materiales donados localmente.

“De hecho”, ellos nos contaron, “nosotros hemos abierto ya una Biblioteca Riecken!”

Nosotros sabíamos que el equipo de Riecken no había construido su primera biblioteca en la región de Copán, así que les preguntamos, “¿ustedes empezaron otra biblioteca mientras ustedes esperaban por una biblioteca Riecken?”

“No, esta es una verdadera biblioteca Riecken. Vengan, les mostraremos.”

Dulce Nombre de María Biblioteca Comunitaria en Dulce Nombre, Copán, construido 2007

Dulce Nombre de María Biblioteca Comunitaria en Dulce Nombre, Copán, construido 2007

Ellos nos llevaron a una pulquería, una pequeña tienda de abarrotes y venta de refrescos, cordones, manteca de cerdo y gas kerosene en cuya parte posterior había un letrero que decía: Biblioteca Riecken. Adentro había un cuarto extra con estantes y sillas y unas cuantas docenas de libros y revistas, regalos de ciudadanos comprometidos. Los propietarios de la pulquería mantenían la biblioteca a un lado, dando la bienvenida a todos los visitantes.

“Ven,” dijeron nuestros anfitriones, “esta no es una biblioteca ordinaria. Es una biblioteca Riecken porque cada uno puede usarla, cada uno puede tomar los libros, niños y adultos pueden llevarse prestados los libros y cada uno regresa los libros a tiempo”.

Las Bibliotecas Riecken nunca fueron solo libros e internet. Son todo sobre aventura, libertad, democracia, oportunidad, iniciativa y buena ciudadanía. En Dulce Nombre, el espíritu Riecken llegó muchos años antes de que el primer ladrillo fuera puesto. Esperamos que todos ustedes quieran ser parte de este entusiasmo también. Asegúrense de visitarnos si alguna vez están cerca de alguna de nuestras bibliotecas – tome prestado un libro, disfrute de una partida de ajedrez, o lea una historia a los niños. Y si usted puede apoyar a algún programa, le prometo que nuestros líderes ciudadanos multiplicarán el valor de cada donación, abriendo el mundo de aventura a miles de visitantes jóvenes y adultos.

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Allen Andersson
Fundador de las Bibliotecas Comunitarias Riecken